Este verano tuve el placer de estar un mes completo en la playa, acompañada de gente que me hace muy bien, lo cual agradezco. Fueron muy buenas semanas.
La verdad, soy una persona a la que le gusta demostrar cariño, de diversas formas, pero sin duda la que mejor me resulta, es cocinar.
Estando en la playa es mucho más fácil conseguir productos del mar, frescos y a un mejor precio, así que decidimos aprovechar y parte del menú fue esta maravilla que voy a compartir ahora con ustedes.
Esta receta es de gusto muy popular y además es fácil de hacer.
Ignoro cual es la receta original, no sé si la hay, ya que hay muchas variaciones, pero esta es la mía. Espero que les guste y se entusiasmen no solo a prepararla, si no que también, a ponerle algo de ustedes mismos, aunque sea un pequeño aliño.
Ingredientes:
- 1 kilo de machas.
- Queso mantecoso. (Cantidad a gusto, opino que hay que ser bastante generoso)
- Mantequilla.
- Vino blanco.
- Pimienta.
- Sal.
Preparación:
Abrir las machas con la ayuda de un cuchillo y con mucho cuidado. Posterior a esto, limpiarlas. No es necesario desprender la carne completamente, sin embargo, si les acomoda, háganlo. Una vez limpias, se ponen en la lata que llevaremos al horno. Ahora ponemos un poco de vino sobre ellas. Luego, un pequeño trozo de mantequilla sobre cada una, seguimos con espolvorear pimienta y algo de sal, que la verdad no sé que tan necesario es. Una vez hecho esto, ponemos generosamente el queso encima y llevamos a horno medio hasta que la macha adquiere un color rojizo como el de la foto y que el queso se haya derretido. El tiempo o la temperatura del horno varía, por lo que los invito a revisarlas constantemente y guiarse por lo que les nombré anteriormente.
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