Siempre es grato salir con alguna buena amiga a compartir a algún café y pasar un buen momento. Tengo la suerte de tener una amiga que vive a pocas cuadras de aquí y que además, comparte la idea del amor por la hora del té o estos lugares. Cuando decidimos el día de la junta, dijo que me llevaría a un lugar cerca de aquí, que debía si o si conocer. La verdad es que vivo a poco más de 4 cuadras y nunca había reparado en este acogedor lugar. Renato Zanelli, es una calle tranquila, típica de barrio, ubicada en la parte más antigua de Providencia. En esta calle, hace poco más de 1 año, se instaló una cafetería que le hace honor al nombre, Café Zanelli.
Este café cuenta con varios puntos a su haber, entre ellos, que la pastelería que ofrecen, es propia, preparada y horneada en el mismo lugar. Punto muy a favor. Pude conversar con gente muy amable en el lugar, quienes me contaron que sin duda, la estrella de ellos, era la torta de zanahoria. Junto a la cual destacaban otras estrellas, cheesecake de frutilla, pie de maracuyá, torta de chocolate jengibre, etc. Entre las cosas que cabe destacar, es que poseen una zona confort muy cómoda, con sillones que hacen más grato el momento, además de tener wifi. Junto con esto, el lugar es amplio, cómodo y acogedor, y para los fumadores o amantes del aire libre, también tienen terraza. Quisiera destacar un detalle, que puede no parecer importante, pero en la práctica, créanme que lo es. Ya iba siendo la hora que empieza a oscurecer, cuando sucedió algo que me sorprendió gratamente. Se nos acercaron a la mesa y pusieron una vela encendida. No solo en la nuestra, si no que, en cada una de las mesas que estaba ocupada. Aplaudo los detalles así. Son los detalles los que le dan la esencia a un lugar.
Para conocer el café, decidí probar un té helado con limón y menta. Delicioso. Muy fresco. Para acompañar, quisimos compartir algo dulce y algo salado. Lo salado que escogimos fue un Paninni teriyaki, que tenía pollo teriyaki con sésamo, queso crema, ciboulette, lechuga crespa y palta. Si tuviera que darle una nota del 1 al 7, le pongo un 10. Disfruté cada bocado y no le hubiese agregado ni quitado nada, al principio dudé la lechuga, pero era un plus totalmente. No necesitaba ni una pizca de sal por lo demás. Una gran opción en el menú. Lo dulce que escogimos fue la torta de chocolate jengibre. No me mató, pero no estaba mal. Siento que el jengibre pasaba a llevar un poco el chocolate. En el sentido, que sentí que faltaba un poco más de equilibrio en el sabor. Sin embargo, para quien gusta del jengibre realmente, es una muy buena opción ya que se logra un sabor transgresor y muy especial, que además está muy bien elaborado. Pese a que no sentí el mismo amor que sentí con el panini teriyaki, se nota la calidad en la pastelería de este café. Voy a volver para probar la torta de zanahoria, si o si.
La atención un 7 y volvería a ir sin duda una y otra vez. Ya que no solo encontramos comodidad y buena comida, si no que también es un lugar que recibe y respeta la diversidad, ya que puedes encontrarte con parejas, amigos, familias completas, etc. Respecto a los precios, es muy bueno. Además tienen menú gourmet todos los días. De lunes a viernes tiene un valor de $3.900 y fines de semana, $5.500. Incluye: entrada, plato de fondo, postre y algo para beber (jugo, té, bebida,etc).
Lo recomiendo a ojos cerrados, por varias razones, pero les voy a dar solo una: Es una cafetería donde se nota, se siente y se percibe el amor al arte de cocinar, comer, disfrutar y poner el corazón a un lugar hecho para uno, pero sobre todo para los demás. Excelente café.
Ubicación: Renato Zanelli 1330. (Entre Diego de Almagro y la unión de Echeñique, Chile España y El Aguilucho)
Horario: Lunes a viernes de 9:00am a 21:00pm y fines de semana de 10:00am a 21:00pm.